Haz locuras: es bueno para tu salud mental



😎 Haz locuras: es bueno para tu salud mental
Estoy muy acostumbrado a ver como, debajo de una apariencia de «normalidad», como un miembro más, bien adaptado, de nuestra sociedad, muchas personas experimentan una vida fundamentalmente apática, descolorida y con poco sentido existencial para uno mismo; lo «normal», vamos.
Lo «normal», hasta que deja de serlo, y uno experimenta entonces una «crisis» personal, quizás acompañada de algún episodio «psicopatológico», que, de hacerse público, se convierte en un diagnóstico oficial, según los criterios nosológicos vigentes, de algún trastorno de «Salud Mental».
Aunque, a menudo, lo que me encuentro, es que esa crisis personal y ese episodio «psicopatológico» es en realidad una respuesta auténticamente normal a una situación crónicamente anormal disfrazada de «normalidad», porque aquí, lo «normal» es un concepto-veleta, casi antojadizo y, desde luego, nada claro.
Porque una cosa es lo «normal», en el sentido de «lógico», y otra cosa muy distinta es lo «normal» en el sentido de «habitual» o «frecuente».
Y porque, paradójicamente, es este último sentido de «normal», como lo «habitual» o «frecuente», lo que hace que a veces sea muy difícil ver nuestra «normal» vida (como eficaces y fieles miembros adaptados de la sociedad), como lógica, con auténtico sentido vital para uno mismo, o, para el caso, realmente saludable, mentalmente hablando.
¿Cómo era el chiste aquél?, sí hombre, ese que venía a decir que en un grupo de personas, todas ellas con, objetivamente, el mismo «trastorno de salud mental», era su condición socio-económica la que sin embargo finalmente determinaba que uno fuera considerado, socialmente, alguien con un «trastorno esquizo-paranoide de la personalidad», o simplemente como un «excéntrico», es decir, como alguien con un problema de «Salud Mental» o como alguien, después de todo, «normal»….
«Stay hungry, stay foolish» – Steve Jobs
«Stop making sense» – Talking Heads
Y ahora, te dejo aquí con el texto de un artículo escrito por Valeria Vázquez Elizaldi, titulado «La locura lleva a la felicidad», mucho más elocuente que mis propias palabras. En él, Valeria Vazquez descubre en «Elogio a la Locura», de Erasmo de Rotterdam, un libro que debería leer todo aquel que desea un mundo sin discriminación:
«Sin duda alguna, uno de los proverbios más icónicos en la historia de la humanidad es el que se le atribuye a Francis Bacon, “el conocimiento es poder”. No obstante, Erasmo de Rotterdam sostiene en el Elogio de la locura que la sabiduría sólo es capaz de brindar miseria en las vidas de todos los que desean adquirirla. En un diferente sentido, Rotterdam indica que la locura es la base de la verdadera felicidad del ser humano.
Ante todo, el Elogio de la locura es uno de los ensayos más importantes de la literatura occidental y, en ese mismo sentido, es una obra maestra digna de ser admirada. Escrita como un juego divertido que pretende realizar una crítica de la sociedad del siglo XVI, el Elogio de la locura de Rotterdam logra juzgar a la razón a través de la locura. Por lo tanto, es pertinente indicar que el género literario de la obra abarca tanto una sátira como una apología.
El tema central del texto es la locura. Foucault indica que la locura surge en el Renacimiento como una nueva personificación del mal y sustituye al tema de la muerte. En la obra de Rotterdam queda claro que la locura es perteneciente a cada ser humano y no demuestra un verdadero peligro. En otras palabras, la locura se encuentra en la vida de todas las personas a pesar de que ellas nieguen su existencia. En ese sentido, en un fragmento del texto de Rotterdam se destaca: “¿Por qué habría de desear un templo especialmente dedicado a mí cuando todo el planeta es mi templo? y, si no me equivoco, uno muy bello. Me faltan devotas sólo donde no existen hombres… Considero que tengo tantas estatuas erigidas en mi honor como mortales llevan mi imagen en su rostro, aun a pesar suyo”.

Hecha la observación anterior, la labor principal de la locura, de acuerdo con Rotterdam, es hacer más agradable la vida de todos los seres humanos. Lo logra, pues, a través de la adulación, el amor propio, la demencia, la pereza, la molicie, la voluptuosidad, entre muchas otras cosas. En consecuencia, con el fin de representar la tarea de la locura, Rotterdam utiliza figuras retóricas como la alegoría. Por ejemplo, una de las siervas de la locura es Filautía, quien representa el amor propio y brinda felicidad. Ante todo, se indica en el texto que “el grado más alto de la felicidad radica en desear ser lo que realmente se es, [su] Amor Propio logra ese objetivo”.
Además, Rotterdam indica que la necedad y la ignorancia forman parte de la locura. Es más, las utiliza como sinónimos de ésta, ya que éstas brindan el verdadero bienestar del ser humano. Los hombres que se encuentran en estas condiciones son libres de “las miserias y ansiedades que atormentan al sabio”. En ese sentido, al no estar conscientes de los sentimientos de terror que los sabios tienen de equivocarse, una persona necia no siente vergüenza ni miedo de arriesgarse. Asimismo, hay que destacar que la gente vive más feliz en la ignorancia y en el engaño que en la verdad y el conocimiento.
Elogio de la locura I
Resulta oportuno indicar que Rotterdam plantea que el necio es cálido y generoso; mientras que el sabio se considera superior a todos los demás. Esto se ve expresado en la siguiente cita del libro: “Los papas están muy ocupados cosechando dinero, delegan sus deberes propiamente apostólicos a los obispos, los obispos a los sacerdotes, los sacerdotes a sus vicarios, los vicarios a los monjes mendicantes quienes, finalmente, pasan el trabajo a quienes trasquilan las ovejas”.
Elogio de la locura II
Es pertinente resaltar que la gran obra de Rotterdam, a pesar de ser escrita en la época del Renacimiento, contiene diversos puntos aplicables a la sociedad del siglo XXI. Por ejemplo, actualmente grandes organizaciones encargadas del bienestar de sus ciudadanos se preocupan más por el bien propio que por el bien común. En ese mismo sentido, el ser humano es criticado por anhelar una carrera ligada al arte o la literatura, mientras que el estudio de la medicina, las leyes o cualquier otra disciplina que genera “prosperidad” es bien visto.
Elogio de la locura III
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