Ansiedad: No es lo que tienes, es lo que haces

Original publicado por  Jeremy McCarthy. Traducido y editado por José Luis Yañez

«Si no reconocemos lo que está sucediendo en nuestras cabezas nos resulta fácil asumir que de alguna manera nuestras ansiedades nos vienen ya hechas desde el exterior. Se puede sentir como si ellas nos estuvieran sucediendo a nosotros y que ellas son causadas por algo fuera de nosotros «

Según Charles Merrett, la psicología clínica como tratamiento para la ansiedad en realidad no funciona de la manera que nos gustaría que lo hiciera. Y él debería saberlo bien. . . ha sido psicólogo clínico durante más de 35 años. Su reciente libro, » El Origen de la Ansiedad «es la culminación de lo que él ha aprendido sobre el estrés en los últimos años y por qué la mayoría de nosotros tiene una idea equivocada al respecto.

La forma en que la gente piensa y habla acerca de la ansiedad, es como si fuera una enfermedad o algo que le «pasa» a usted. El problema con este punto de vista es que se renuncia a todo control sobre la situación y hace que las personas se consideren víctimas de su ansiedad.

Merrett utiliza el ejemplo de «El coche que acelera» para ilustrar este punto. Si usted estuviera parado en medio de la carretera mientras un coche, a toda velocidad, se dirige directamente hacia usted, usted experimentaría una gran cantidad de ansiedad. Pero si usted llevara unos auriculares puestos y estuviera de espaldas al coche cuando este se abalanza sobre usted, entonces usted no experimentaría ningún tipo de ansiedad en absoluto. En otras palabras, la ansiedad no está en el coche o en la situación, está en usted.

Es sólo cuando usted se fija en el coche y empieza a otorgar un significado importante a esa situación que la ansiedad entra en juego. La ansiedad no es lo que tenemos, es lo que hacemos. En algunas situaciones, «hacer» ansiedad puede ser útil. (Preparar el cuerpo para saltar fuera del camino de un coche que se dirige hacia usted sería un buen ejemplo.)

Pero otorgar significado a algo tiene también otro efecto. Una vez que otorgamos sentido a algo, lo empezamos a notar y a sentir más. Si interpretamos algo como estresante, no sólo «hacemos la ansiedad» como respuesta, también comenzamos a prestarle más atención, dando lugar a aún más ansiedad.

Merrett también explica cómo nuestros cerebros han evolucionado para explorar posibilidades o imaginar cosas que no son ciertas. Esta capacidad nos permite tener esperanzas, expectativas y planificar para el futuro, ser creativos e innovar y poner a prueba las ideas en nuestra mente antes de su aplicación en el mundo real. Pero también nos permite preocuparnos, cuando imaginamos situaciones potencialmente negativas del tipo «qué pasaría si…» en nuestro futuro.

«Nuestras mentes raramente están inactivas. Si no estamos comprometidos en una tarea inmediata, pasamos gran parte de nuestro tiempo repasando el pasado o tratando de imaginar algún aspecto del futuro «.

Si no entendemos cómo funciona la ansiedad, es probable que estemos confundidos en cuanto a por qué nos sentimos de la manera en que nos sentimos: «¿Por qué me siento así» «¿Por qué me está pasando esto a mí» Pero si entendemos que esto es algo que nuestras mentes están haciendo para evaluar posibilidades, entonces podemos considerar otras posibilidades. Podemos optar por concentrar nuestras mentes en cosas diferentes. La ansiedad no es lo que tenemos, es lo que hacemos.

El libro de Merrett sirve como un manual de solución de problemas para la mente. Si usted sabe que la ansiedad no es lo que tiene, sino lo que hace, puede elegir cuándo y en que medida la hará. Yo no soy partidario de eliminar la ansiedad del todo. Para mí, se trata en realidad de desarrollar su flexibilidad psicológica y su capacidad de ser dueño de su propia mente, en lugar de ser un esclavo de ella.

¿Ha estado haciendo ansiedad últimamente? Tal vez es hora de retomar el control de su mente.

Referencias y lectura recomendada:

Merrett, C. (2011).  El origen de la ansiedad . Minds Eye Books.

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